sábado, 31 de diciembre de 2011

Adviento. El epílogo

 Aunque el final del mundo sea mañana, hoy plantaré manzanos en mi huerto




Calendario inconcluso... Nada nuevo, mi inconstancia es famosa en la galaxia, así que en Navidad no podía ser infiel a mis principios. Pero sólo sigo la llamada de la selva, así que no hay de qué arrepentirse. ¿O acaso la vida misma no acabará de manera no anunciada, dejando atrás la memoria de montones de cuentas pendientes? Podemos, entonces considerarnos unos privilegiados, habitantes del último año del dragón. Tenemos, por una vez, fecha de caducidad, si debemos creer a los sabios mayas. Tal vez yerren su agorera predicción, pero, por si las moscas, ¡que empiece la fiesta! Espero poder brindar con todos vosotr@s antes de la traca final, pero de momento, disfrutemos de cada instante, de cada soplo de viento, de cada rayo de sol, de cada sonrisa vecina, de cada párrafo ajeno, de cada melodía en el aire... Hoy es siempre todavía, como dijo el viejo profesor, y mañana será un nuevo año... ¡Sed felices!



Día 9. Artesanos


Eres maestro de lo que has vivido,artesano de lo que estás viviendo y aprendiz de lo que vivirás 



Un artesano es quien vive de su propio trabajo, y ese trabajo sale de sus manos, de su mente y de su corazón. Una buena opción para huir de la adocenada oferta comercial que nos invade, los artesanos os ofrecen un objeto único, útil, original y tenéis la certeza de estar pagando por un producto cuyo beneficiario va a ser el mismo trabajador, no algún mangante, ay, perdón, quise decir magnate, del kapitalismo salvaje. Un artesano puede personalizar vuestro regalo y hacer una pieza exclusiva e individual. Todos conocemos al amigo bohemio que tiene el taller en casa, que trabaja a horas intempestivas, que no tiene un jefe al que rendir cuentas, y a quien envidiamos esa capacidad creativa y esa libertad creadora. Y navegando por la red podeis encontrar verdaderos prodigios. Además, sobre todo en estas fechas, abundan los mercadillos y las ferias donde sorprenderse con esas primores artesanales. Desde bisutería hasta bolsos, desde muñecas a bufandas, de cerámica a ropa de bebé, de plástico hasta cuero, de tela a cordel... todo vive y te espera en el País de las Maravillas artesanas. ¿Los reyes no son magos? Pues...alehop!!!


viernes, 16 de diciembre de 2011

Día 8. El Belén

En el portal de Belén
hay estrellas, sol y luna
la virgen y sanjosé
y el niño que está en la cuna


¡Pero bueno! un blog pre-navideño y aún no hemos hablado del belén... Personalmente es una de las actividades navideñas con las que más he disfrutado, montando el belén. El río de papel de plata, las montañas de corcho coronadas de nieve de harina, la estrella de los reyes magos que siempre se caía, las figuras repartidas por todo el escenario: la lavandera,  el vaquero, con su vaca y su ternerito, la pastorcilla, las ovejas, el cabrero y sus cabritas, el zagal tirando del burro, el leñador con su haz, los pastores alrededor de la hoguera y ese misterioso ángel de la anunciación, los patos, las gallinas, la señora de la cesta de enigmático contenido... y los reyes magos, que iban acercándose al portal a medida que avanzaban los días. ¡Ah! y ese personaje fascinante, que se incorporó tarde a mi imaginario personal pero cuya presencia siempre ha sido otro de los grandes arcanos del belén: el caganer. El establo siempre en un rincón, objeto central pero destino final de las demás figuritas, que a veces parecían tomar vida propia y se movían de sitio. Detrás, en reposo, contemplado la escena, el buey y la mula, estóicos vigilantes del acontecimiento; al frente, la virgen, siempre sentada, y sanjosé (así, todo junto, porque la santidad del buen hombre era algo inmanente, si no de qué) siempre de pie, apoyado en su bastón florido. Y entre ellos, el niñojesús (también todo junto, porque en cuanto creció le cambiaron el nombre) ahí, desnudito, el pobre, sobre la paja, en medio del invierno y de los montes nevados, mientras todos se embozan en sus mantos hasta las cejas... ¿No podían echarle una mantita encima? ¡Cuánto misterio encerraba el belén! Por eso cuando crecí y empecé a preguntar a las monjas del colegio sobre todos esos y otros misterios, la respuesta era: ¡ah, ese es el misterio de la fe! y a fuerza de responder lo mismo consiguieron convertirme en atea. ¿Por qué entonces -os preguntareis- me gusta tanto la navidad? Por lo mismo que me gustan el resto de fiestas. Es un tiempo de reencuentro, de compartir experiencias, de ponernos guapos y adornar la casa, de cantar y de beber, en definitiva, de volver a la tribu de la que un día salimos. Y eso es precisamente lo que escenifica el belén, la reunión de la tribu, cada uno aportando lo suyo, habrá quien traiga comida, otro leña para el fuego, otro leche, otro dulces, otro contará historias y otros tocarán el pandero y la zambomba para que todos bailen. Así que sacad las figuras del armario y armad el belén.  Pero cuidado, procurad que no acabe como el rosario de la aurora...

Raphael. El tamborilero

jueves, 15 de diciembre de 2011

Día 7. Libros

Ni el libro ni la arena tienen ni principio ni fin


Leer es otra de las buenas costumbres abandonadas. Paradójicamente, a mayor y más larga escolarización, menos lectura. Estamos demasiado ocupados en nuestras frenéticas vidas, y la lectura requiere tiempo, recogimiento y silencio, tres especies en vías de extinción bajo la presión de la técnica. Hummm… escucho voces de protesta: No es cierto, ahora se lee más que nunca, y  todo el mundo escribe… Es cierto, millones de frases se lanzan a la nube virtual diariamente, y millones las leen, pero ¿cuántas de ellas han seguido un proceso de reflexión, ideación y creación? Y, del otro lado ¿cuántas de ellas provocan la reflexión crítica, la ideación de universos y la creación del aliento vital necesario para la supervivencia en este mundo?  Muy pocas, intuyo. Por eso la literatura ha sido y sigue siendo necesaria en nuestras ya bastante maltrechas vidas, así que tomad buena nota para vuestra lista de regalos navideños. Las sugerencias que os lanzo no pretenden ser ni exhaustivas ni representativas. Como ya he repetido algún otro día, las he tomado directamente de mi entorno más cercano, de recomendaciones que otros me han hecho, o de gustos personales.  Además, claro está, de algún título que me ha seducido de repente… En este último espacio cabrían, por ejemplo,  los tigres que me observaban una tarde desde la mesa expositora de La Central: Tigre, tigre, de Margaux Fragoso; Tigre blanco de Aravind Adiga, Tigre la sed, una antología de poesía mejicana... Curiosas coincidencias en las que siempre hay que confiar. De las recomendaciones ajenas podría empezar por el libro de Marc Lobato y Juan Carlos Ortega, quienes  han dedicado su trabajo a ese agudo humorista que fue Miguel Gila, vida y obra de un genio.  A destacar también la carnal obra del periodista Alex Salgado, 24 cms., que presenta una entretenida crónica de uno de los géneros más populares del cine español. Desde otra óptica diametralmente distinta,  pero abundando en el tema, el maestro de la socialización científica, Eudald Carbonell, indaga esta vez en la evolución del proceso de humanización en El sexo social. Y volviendo al séptimo arte, el trío de videoastas Naxo Fiol, Aratz Juanes y Víctor Olid nos trae Malas pero divertidas,  una lectura deliciosamente irreverente que examina el cine sin pretensiones veleidosas . Buscando entre mis autores favoritos, encuentro la última novela de Michel Houellebecq, El mapa y el territorio y a Julian Barnes, con PulsoEn el apartado infantil, le daría un mordisquito a la dulce historia Yo mataré monstruos por tí , de Santi Balmes -cantante del grupo Love of Lesbian- y a la naïf Cosas que a veces pasan de Kestutis Kasparavicius, sin olvidar a un clásico como Émile Zola, con ese canto al libre albedrío titulado El paraíso de los gatos. No creo tener novelistas en mi nómina personal -aunque la vida te da sorpresas- y lo más cercano sería el Loco con su Barcelona ciudad, una crónica de aquellas noches de cielo amarillo.  Pero sí conozco a cuentistas como Joan Pinyol a quienes gustaría poder vivir del cuento , y que nos los ofrece como pequeños tragos de mágico elixir en Glops. Echo de menos las admiradas palabras del flâneur Félix Romeo las noches de los jueves… pero puedo seguir escuchándolo en Amarillo. Poetas recientemente conocidos son Ricardo Moreno Mira con su demoledora obra Carrefour es el anticristo, Eduard Sanahuja con los precisos y preciosos poemas terrenales incluidos en Compàs d’espera y el poemario  Un hombre desnudo con un Kalashnikov  de Indio Zammit, punk irredento que ha cambiado de registro pero no de intención.
Así que os invito a echar un vistazo a vuestro alrededor y descubrir escritores, poetas, cuentistas, cronistas y autores de pelajes varios…  Y no olvidéis visitar las librerías que tengáis cerca, ojead los libros, embriagaos con el aroma de la tinta virgen, dejaos embelesar por las ilustraciones, fiaos de vuestra intuición. No, no me olvido de los clásicos, pero me pasa como con los tebeos -cómic, novela gráfica,... pero toda palabra fue neologismo alguna vez- son tantos y a cual mejor, que os dejo paseando entre ellos en silencio por las estanterías y los montones de viejo. Y recordad, hay vida más allá de los best-sellers del escaparate…



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Día 6. Bolsos

¡La bolsa o la vida!



Un bolso, una bolsa de mano o una mochila, siempre son un tiro fijo a la hora de hacer un regalo navideño. Y si ese bolso se adapta a las necesidades y gustos del receptor, os marcáis un tanto pleno. Desde bolsos de vestir, a mochilas de estudiante, pasando por la indispensable bolsa de la compra, ahora que el merkado está eliminando las tan socorridas y nocivas bolsas de plástico, pueden ser tan bienvenidos como sorprendentes. Seguro que tenéis por casa bolsas que no usáis, algunas a lo mejor sin estrenar siquiera, ese regalo de hace unos años que nunca os gustó. ¿Por qué no aprovecharlas para hacer una nueva? Podéis tunearlas como queráis, de nuevo el límite sólo lo ponen vuestra imaginación y vuestra pericia. Mirad escaparates, la fantasía de los diseñadores de moda puede serviros de inspiración a la hora de confeccionar vuestro propio modelo. Podéis realizar bolsos de todos los tamaños y formas, y aplicar las técnicas de decoración que se os ocurran, o aquellas en las que os creáis más duchos: pintura, apliques de tela, patchwork, botones, cintas, tejidos en punto, incluso transformando otras prendas o materiales de desecho. Un clásico adaptado a los tiempos, y con  el que quedareis como un rey... ¡mago! ¡Ah! y no olvidéis llenar la bolsa con mucha vida y mucho amor. No hace falta nada más, ligero de equipaje, siempre...

Ry Cooder. Canción Mixteca



lunes, 12 de diciembre de 2011

Día 5. Bosque

La memoria es el bosque donde los recuerdos se pierden. Y la imaginación es la memoria de recuerdos olvidados

 

Volver al bosque, al escenario transitado de los cuentos donde a Caperucita no siempre se la comía el lobo pero que siempre estaba poblado por seres fantásticos y caballeros de camino a pelear con el dragón. Oler de nuevo la tierra húmeda y sentir en las manos el rugoso tacto del tronco del pino, esquivar las zarzas y trepar por la torrentera. El bosque os proporcionará todo aquello que necesitéis para decorar vuestra casa estas Navidades: el imprescindible musgo para el belén, esa mullida alfombra en la que pastarán las ovejas y las vacas del nacimiento; las piedrecitas que conformarán el curso del río; las cortezas de árbol con las que componer las montañas; palitos para construir cabañas y la hoguera de los pastores; ramas de pino, de encina o de boj para plantar los árboles del camino... Con cuatro piñas y algunas cañas podéis crear adornos para regalar, para alegrar la mesa e incluso para crear figurasAsí que cualquier mañana de estas abrigaos bien, llevaos unos bocadillos y adentraos en el bosque más cercano (urbanitas, menos excusas que el autobús llega a todas partes), o aprovechad para ir a ese pinar, esa fageda, ese encinar que siempre os ha fascinado en foto pero que vuestros delicados pies nunca han osado hollar. Tal vez volváis a escuchar el aullido del lobo, el canto del fénix o las pisadas del oso, esos maravillosos sonidos que otrora os llevaron a grandes aventuras por los hoy olvidados y recónditos parajes de vuestra imaginación...

 The Cure. A forest

domingo, 11 de diciembre de 2011

Día 4. Trueque

En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces.


Usar y tirar. Esa parece ser una de las normas básicas de la sociedad moderna. Muchos días la bolsa de la basura sale más llena de lo que ha entrado la bolsa de la compra. ¿Por qué esa obsesión por lo novedoso, que a los pocos días será reemplazado por una versión más reciente? Desechamos diariamente montones de objetos y enseres que se encuentran en perfectas condiciones de uso para comprar otros con la misma funcionalidad pero con otra forma, otro color o simplemente porque nos apetece cambiarlos. Todo ello, claro está, siguiendo los sabios consejos de papá kapital para que pueda seguir recuperando el dinero que nos abonó como salario. El cambio no es malo en esencia, está en la misma raíz de la existencia y es el motor del movimiento universal, pero ¿tirar? Apliquemos la vieja máxima de Lavoisier: nada se crea ni se destruye, sólo se transforma (aunque de reciclaje hablaremos otro día). Una fórmula que lleva unos años instalándose en nuestra sociedad de forma paulatina son los mercados de trueque. No se trata, por supuesto, de una novedad, sino, muy al contrario, de un regreso a una fórmula anterior a la implantación de la moneda, tan antigua, pues, como la misma sociedad humana. En la mayoría de ciudades existen mercadillos periódicos para el intercambio de ropa, libros, plantas, instrumentos, herramientas, incluso alimentos, de manera que lo que tú ya no vayas a usar pueda ser aprovechado por alguien a quien le haga falta, y viceversa. Especialmente en estas fechas muchas asociaciones de barrio o de pueblo organizan intercambios de manera puntual. Si en el tuyo no existe aún, ¿porqué no empezar ahora? Sólo hay que elegir una fecha y una ubicación céntrica, la plaza mayor, por ejemplo. Se trata, una vez más, de racionalizar el consumo y convertirlo de nuevo en uso, y no en abuso, de atarse como Ulises al mástil para resistir los cantos de sirena de la publicidad y que la nave de la Navidad os lleve al puerto de la felicidad, no a la ruina.

martes, 6 de diciembre de 2011

Día 3. ¡y cantar!

La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor.



Otra hermosa costumbre perdida. Recuerdo haber salido a la calle a cantar por Santa Lucía, mientras que los niños lo hacían por San Nicolás. Además de alegrar el día y las calles, nos sacábamos nuestro pequeño aguinaldo: llegábamos a casa con los bolsillos llenos de dulces, galletas, muestras de perfume, quizás algún pañuelo, y algunas monedas. Antes, todo el mundo cantaba, al trabajar, al hacer las tareas de la casa, al cocinar... supongo que el ruido de las máquinas y de la televisión ha conseguido callarnos (aunque una siga llevándole la contraria al progreso, como no). Ahora cantar sigue siendo una actividad social, pero fuera del ámbito más público. Se canta en escenarios, en corales, y la cultura musical ha crecido entre la población, ya por vía escolar o mediática. Escuchamos más música que nunca, pero de una manera menos directa. Sin embargo, mirad alrededor... ¿a cuanta gente conocéis en vuestro entorno que cante en algún grupo o toque algún instrumento, siquiera de forma amateur? Ýo veo a Laura, que toca la viola, a Vicky, que canta en el coro universitario, a Max, que toca la guitarra y la bandurria, a David, que canta en un coro gospel, a Assumpta, que canta en una coral, a Mike(G), a Ges, a Tommy, a Mike(Z), a Berni, a Robert, a Borja, a Jordi... Un buen regalo para estas fiestas sería una entrada para ver a alguno de vuestros grupos favoritos en directo pero, ¿por qué no acercaros a disfrutar de los conciertos locales? quizás ese día no toque ninguno de vuestros parientes ni amigos, pero dejaos llevar... os sorprenderá lo que encontréis, siquiera al azar... Callejera que es una, suelo llevarme gratas sorpresas musicales: una Big Band en pleno Raval de Barcelona que lleva el ritmo en el alma; un doctor enseñando pasos de swing en un descanso del trabajo; un flautista japonés prodigioso en el metro; un guitarrista clásico al pie de Montjuic... y hoy mismo, rizando el rizo, un trompetista ensayando lejos del mundanal ruido en un claro de Collserola... Disfrutad de este regalo de la vida, y llevándolo más allá, volved a disfrutar de esos villancicos entrañables en familia, dejad que el espíritu de la navidad temple vuestras cuerdas vocales y cantad sin miedo... Recordad, quien canta, su mal espanta...

Día 2. Coser ...

La moda se pasa de moda, el estilo jamás.



Tenemos la suerte de vivir en un siglo ecléctico, y esa es una ventaja que debemos aprovechar. Los dictados de la moda ya no marcan férreamente nuestra manera de vestir y cada cual se adscribe al estilo que más le gusta, le apetece o le sienta bien. Tacones de vértigo y zapatillas planas; faldas por el ombligo o que arrastran deshilachadas; pantalones de campana o pitillos que marcan cada pliegue de la piel... escotes y cuellos altos, tirantes con parka, estampados combinados de manera escalofriante... Atrévete a renovar tu vestuario de una manera creativa, divertida y barata. O a imitar a esos grandes nombres de la moda y crear modelos tan arriesgados como los suyos. Rompe, rasga, y vuelve a coser. Saca todas esas prendas que nadie se pone, y pon tu fantasía en juego. Algún modelo que ya no te pondrías a lo mejor se puede aprovechar porque te gusta el color, por ejemplo... pues corta por lo sano y hazte una falda. Hay gente que paga barbaridades por vestidos hechos a pedazos... ¿a que esperáis para haceros el más moderno con retales de vuestras viejas prendas? De ese vaquero que no os ponéis hace diez años, saldría un peto encantador para vuestr@ hij@, para vuestr@ sobrin@. Añadidle una figura recortada de algún estampado divertido, una cenefa, o unos botones de colores de esos que se guardan en todas las casas para una ocasión propicia. Un disfraz puede ser el perfecto regalo de reyes para cualquier niño de la casa, o para los mayores, antes de que llegue, como cada año, Carnaval, y no sepamos qué ponernos. Esa blusa de la abuela que hasta ayer parecía tan avejentada, resulta que te queda divina con sólo quitarle las mangas. Las posibilidades son tan infinitas como vuestra imaginación. ¡Pero bueno! Ya estamos con el yo no sé coser... Venga, que somos mayorcit@s, el ya me lo coserá mi madre empieza a sonar a topicazo rancio... Pedid ayuda a la abuela, a la tía o a ese cuñado que alardea en cada nochebuena de que hizo la mili en la sastrería y salía de paseo hecho un pincel... o juntaros con las vecinas, o con vuestros amigos, en lugar de pasar la tarde dando vueltas por el centro comercial. De nuevo podéis acudir a la red en busca de socorro, y a vuestra biblioteca local. Incluso en youtube aparecen almas caritativas de quienes aprender desde enhebrar una aguja, hilvanar o coser ojales hasta realizar los acabados más espectaculares. En la biblioteca tenéis ejemplares de revistas de los que podéis sacar patrones ajustados a todas las edades y modelos. Otra vez, se trata de no echar en el olvido las cosas más elementales, y de demostraros, a vosotros mismos, para empezar, que querer es poder...

El Club del Clan. Corte y confección

viernes, 2 de diciembre de 2011

Día 1. Chocolate

A nueve de cada diez personas les gusta el chocolate. La décima persona siempre miente.

El chocolate es un clásico navideño y del resto del año. Apto para todos los paladares, estaciones y horas del día. En pastilla, fundido, espumoso, con leche, con los más diversos aromas, puede convertirse en un regalo que nadie recibirá desairado. Puede adoptar las formas más dispares y divertidas, así que ¿porque no atreverse a probar? En el mercado encontraremos un sinfín de posibilidades pero... ¡el mundo es de los valientes! Todo lo que necesitáis es unas tabletas de chocolate fondant (entre 2 y 5 euros en cualquier supermercado) y vuestra imaginación. Bombones, tartas, figuras, galletas, canutillos, pastas, cupcakes, batidos, a la taza... mezcladlo con lo que más os guste, o con lo que más le guste a la persona a la que pensáis regalárselo, desde una pizca de sal, pimienta u otra especia, a frutas, aromas, mermeladas... Demostrad lo que sabéis y podéis,  y sorprended a vuestra familia con unos bombones navideños, o quedad como un rey mago si acudís de invitado. Vuestra abuela se sentirá orgullosa, los niños estarán encantados y hasta la prima Tere se saltará la dieta. ¡¡¡Que tiemblen mr. Ferrero, mr. Lindt y mr. Nestlé!!! su imperio está a punto de sucumbir... ¿Que no sabéis por dónde empezar? Primer consejo de adviento, y que no se os olvide en lo sucesivo: internet va más allá de la cartelera de cine, los resultados deportivos, la canción de moda y Cityville. Amortizad la conexión ADSL, que buena pasta os cuesta... Y si no, bajad a la biblioteca más cercana (mentiros@, claro que tienes una cerca, en cada pueblo, en cada barrio, la hay) y buscad un recetario especializado. Además, podéis experimentar momentos de placer si dedicáis alguna tarde a elaborar dulces de chocolate con los niños, con vuestra pareja, o que vuestra madre os enseñe alguna receta familiar. La Navidad se inventó hace millones de años, muchos siglos antes de que naciera el famoso niño de Belén (¿cómo era? ¿Brian?), como una fiesta para celebrar el cambio estacional y, como todas las fiestas, son escenarios de socialización, de compartir conocimientos y costumbres. Y las buenas, como el chocolate, nunca habría que perderlas...

martes, 29 de noviembre de 2011

Adviento. Un prólogo.

Propongámonos comprar todos nuestros regalos de Navidad a través del comercio pequeño del barrio, la vecina que vende por catálogo, el artesano que hace cerámica o mimbre, la amiga que vende por internet, etc. Hagamos que nuestro dinero llegue a personas comunes y no a grandes multinacionales, y así más personas tendrán una  Feliz Navidad. 

Esta reflexión que algunos amigos compartieron en facebook me ha llevado a crear mi particular calendario de adviento, ya sabéis, esos que tienen ventanitas que se abren cada día durante el mes de diciembre y hasta el día de navidad, y tras las cuales pueden aparecer abalorios, dulces o chocolatinas. Tras las ventanas de mi calendario aparecerán ideas y sugerencias para que los poderosos y los magnates no sigan enriqueciéndose a costa de nuestras entrañables tradiciones. Si el capitalismo me expulsa de su seno, sólo me queda la revolución, comentaba hace unos días. Y hoy empiezo a compartir esta pequeña rebelión peculiar. Algunos igual aparecéis por aquí, artistas como sois, gente de talento y de entusiasmo, creadores de mundos soñados. Y lo que espero de tod@s vosotr@s es que ayudéis a difundir esta pequeña revuelta anticomercial a la que os invito. Como dice la canción: no és vendre, és difondre... (no es vender, es difundir...)  
At Versaris. No és vendre