Tenemos la suerte de vivir en un siglo ecléctico, y esa es una ventaja que debemos aprovechar. Los dictados de la moda ya no marcan férreamente nuestra manera de vestir y cada cual se adscribe al estilo que más le gusta, le apetece o le sienta bien. Tacones de vértigo y zapatillas planas; faldas por el ombligo o que arrastran deshilachadas; pantalones de campana o pitillos que marcan cada pliegue de la piel... escotes y cuellos altos, tirantes con parka, estampados combinados de manera escalofriante... Atrévete a renovar tu vestuario de una manera creativa, divertida y barata. O a imitar a esos grandes nombres de la moda y crear modelos tan arriesgados como los suyos. Rompe, rasga, y vuelve a coser. Saca todas esas prendas que nadie se pone, y pon tu fantasía en juego. Algún modelo que ya no te pondrías a lo mejor se puede aprovechar porque te gusta el color, por ejemplo... pues corta por lo sano y hazte una falda. Hay gente que paga barbaridades por vestidos hechos a pedazos... ¿a que esperáis para haceros el más moderno con retales de vuestras viejas prendas? De ese vaquero que no os ponéis hace diez años, saldría un peto encantador para vuestr@ hij@, para vuestr@ sobrin@. Añadidle una figura recortada de algún estampado divertido, una cenefa, o unos botones de colores de esos que se guardan en todas las casas para una ocasión propicia. Un disfraz puede ser el perfecto regalo de reyes para cualquier niño de la casa, o para los mayores, antes de que llegue, como cada año, Carnaval, y no sepamos qué ponernos. Esa blusa de la abuela que hasta ayer parecía tan avejentada, resulta que te queda divina con sólo quitarle las mangas. Las posibilidades son tan infinitas como vuestra imaginación. ¡Pero bueno! Ya estamos con el yo no sé coser... Venga, que somos mayorcit@s, el ya me lo coserá mi madre empieza a sonar a topicazo rancio... Pedid ayuda a la abuela, a la tía o a ese cuñado que alardea en cada nochebuena de que hizo la mili en la sastrería y salía de paseo hecho un pincel... o juntaros con las vecinas, o con vuestros amigos, en lugar de pasar la tarde dando vueltas por el centro comercial. De nuevo podéis acudir a la red en busca de socorro, y a vuestra biblioteca local. Incluso en youtube aparecen almas caritativas de quienes aprender desde enhebrar una aguja, hilvanar o coser ojales hasta realizar los acabados más espectaculares. En la biblioteca tenéis ejemplares de revistas de los que podéis sacar patrones ajustados a todas las edades y modelos. Otra vez, se trata de no echar en el olvido las cosas más elementales, y de demostraros, a vosotros mismos, para empezar, que querer es poder...
El Club del Clan. Corte y confección
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